Desde niña siempre me sentí inclinada a buscar, investigar, estudiar, y sobre todo, a experimentar el proceso del autoconocimiento en el ser humano.

 

Soy mujer, madre, emprendedora, siempre comprometida conmigo y con mis objetivos de vida.

 

Estoy segura de que tú, que estás leyéndome también, tu vida no ha sido fácil como tampoco lo ha sido la mía.

 

Yo me veo reflejada en tí y espero tú te veas reflejada en mí, ya que como seres humanos, poseemos esa grandeza inmesurada de sentir y experimentar la vida en su totalidad.

 

Yo, como tú, he tenido y tengo incertidumbres, miedos, inseguridades, tristezas, y toda una gama de emociones que, si las dejara sin explorar y conocer, acabarían conmigo emocional, física y mentalmente.

 

Por eso, sé que lo mejor es explorarlas y aprender de ellas a través de abrir mi corazón, para vivenciarlas y experimentar cada una, para después dejarlas ir, sin obsesiones, sin apegos, amándolas y comprendiéndolas.

 

Creo que lo más importante de este proceso es aprender de esas emociones para encontrar, en el día a día, el tesoro que la vida me regala a diario…

 

Porque sé que éste es el proceso para obtener sabiduría... en mí caminar y en el diario vivir.

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Estudie por más de 40 años en diferentes escuelas y filosofías de autoconocimiento interior, sanación, holísticas de la nueva era, y sexualidad sagrada, entre otras.

 

Cada una de ellas han dejado una profunda huella en mi vida; conocí, aprendí, y experimenté, pero lo más importante es que, gracias a la práctica diaria de todos estos conocimientos, he podido diferenciar el sutil velo que se tiene sobre el engaño y la manipulación en la mayoría de estas enseñanzas.